Las historias de origen existen como una forma sencilla de presentar al público a los héroes, sus identidades, y debilidades, al igual que informar a las masas sobre objetivos, ideales y habilidades únicas. Pero también hay un problema de familiaridad creciente. Hasta este punto, es difícil no darse cuenta de la estructura que se sigue empleando: los primeros dos actos que dan lugar a una actividad de personas disfrazados y derrotas significativas, y un tercer acto que muestra el crecimiento emocional y el castigo del adversario clave. En esta arena, Captain Marvel, dirigida por Anna Boden y Ryan Fleck, es absolutamente blockbuster que intenta reinventar la rueda, y al mismo tiempo sirve como un debut de una heroína en una aventura ambientada en los 90s con resultados mixtos pero divertidos.
La historia comienza con Carol Danvers (Brie Larson) viviendo en el planeta Hala, el mundo natal de las especies exóticas, los Kree, sin recordar mucho de su pasado. A pesar de sus problemas de identidad, lo que sí sabe es que ella está dedicada a la causa de esta especie y expresa esa dedicación al servicio junto a su mentor Yon-Rogg (Jude Law) como parte de una unidad militar llamada Starforce. Emboscada y capturada por el líder de los Skrull, Talos (Ben Mendelsohn), ella se escapa, y al hacerlo, se encuentra aterrizando abandonada en el planeta Tierra. Esta cadena de eventos la lleva a conocer a un agente Nick Fury (Samuel L. Jackson) joven. Pero más que nada, ella también comienza a aprender sobre su pasado en dicho planeta.
Lo bueno
Brie Larson: Existe una razón por la que Marvel escogió a esta ganadora del Oscar. Con todo lo que le ocurre a Carol Danvers, hay mucho para procesar, y la actriz captura brillantemente todos los elementos del personaje, desde su devoción hacia los Kree, hasta su sentido del humor. La forma en que funciona su memoria significa que Carol está aprendiendo su historia junto al público, y es un viaje maravilloso verla desarrollarse de fuerte a super fuerte a la más fuerte, todo gracias a la inmensa confianza y profundidad de Larson. Y si todavía dudan de las habilidades actorales de Larson, POR FAVOR vean Room . Está en Netflix; no hay excusa.
Samuel L. Jackson: Al igual que su aparición en Glass a principios de este año, Jackson está ofreciendo no solo su mejor actuación como Nick Fury (un rol que ha interpretado ocho veces desde el 2008 e interpretará dos veces más este año), sino que también hace su parte para cambiar la historia cinematográfica. Si bien hemos visto algunos efectos visuales de envejecimiento increíbles utilizados en películas (incluyendo títulos como Ant-Man y Captain America: Civil War), lo que se ha hecho aquí está absolutamente a otro nivel, ya que Jackson está exquisitamente hecho para verse exactamente como él durante la época de Pulp Fiction y Star Wars: Episode I. El trabajo es absolutamente impecable, y mientras observas las brillantes bromas de un colega a otro entre Fury y Danvers, sorprendentemente no hay un solo momento en el que te apartes de la realidad de la película para admirar lo increíble que es el trabajo digital.
I Love the 90s: La película proporciona una cierta cantidad de encanto en cuanto de nostalgia. Particularmente bienvenidas son las referencias específicas de la época a la moda grunge y la banda sonora, que es predeciblemente apilada con artistas femeninas como No Doubt, Hole y TLC. También hay algunos chistes tradicionalmente a expensas del período de tiempo, como los cyber-cafés y los artículos promocionales en exhibición en el Blockbuster donde Vers se estrella en la tierra. Se sintió como un viaje en el tiempo bien ejecutado al menos estéticamente.
El primer after-credit: Sin entrar en detalles, pero si estabas emocionado para el futuro del Marvel Cinematic Universe, el primer after-credit le va a meter a esos ánimos como Vin Diesel le mete a los pedales en Fast & Furious. El segundo está bien; ni lo mejor, ni lo peor. Pero ese primero...¡WOW! Fácilmente entre los mejores desde que Fury apareció en la casa de Tony Stark para reclutarlo.
El tributo a Stan Lee: De nuevo, sin entrar en detalles de como lo hacen, nos tomó de sorpresa y fue un toque impecable por parte del estudio en rendirle tributo al hombre que lo comenzó todo junto a sus ilustradores como Steve Ditko y Jack Kirby. El de Spider-Man: Into the Spider-Verse fue mucho más emotivo al tener doble sentido tanto en la película como en la vida real, pero este fue más para poner a Lee en su pedestal.
Lo malo
Se siente más como una película de la primera fase: Como era de esperar, no hay tanta carne en el hueso narrativamente como suele verse en, por ejemplo, una primera secuela, donde los cineastas tienen la oportunidad de contar cualquier historia que quieran con el origen establecido, y un elemento que no es tan fuerte como esperarías aquí es el subgénero, al igual que las películas del Phase One. No es que sean malas (creemos que la primera película de Thor está muy subestimada), es solo que son un poco más básicas porque no podía extraviarse tanto del género de superhéroes. Mientras que títulos como Captain America: The Winter Soldier y Thor: Ragnarok sobresalen por su fuerte inspiración estilística de thriller político y comedia ochentosa respectivamente, las influencias específicas de la película de acción de los 90 para Captain Marvel no son tan fuertes como desearías, y no dan la filma ese extra que ofrece lo mejor de Marvel Studios.
Miedo de mostrar debilidades: Los personajes interesantes tienden a tener defectos y debilidades, y la libretista de la película parece tener miedo de darle a su personaje principal cualquier cosa que pueda percibirse como una debilidad, a diferencia de Wonder Woman. Esto, a su vez, priva Carol Danvers de parte de su humanidad y del sombreado que reciben otros superhéroes. Incluso Captain America, un boy scout totalmente moral, tiene el sombreado de renunciar a la posibilidad de ser feliz para salvar al mundo. Temáticamente, hay un poco de crecimiento en la historia de Captain Marvel con respecto a su relación con Yon-Rogg, pero se ve ensombrecida por el desarrollo de personaje básico.
Los efectos especiales: Parece que le metieron gran parte del presupuesto de efectos especiales a las caras de Jackson y de Clark Gregg (quien regresa como el agente Coulson) o que lo estaban reservando para Endgame, porque los efectos finales del tercer acto de Black Panther parecen haber sido estirado por dos horas. Y mira, no todos son malos pero hay algunos super notables tipo las primeras de Harry Potter cuando jugaban Quidditch.
Lo feo
Los primeros 15-20 minutos: Uno pensaría que una película que gran parte de ella es en el espacio que las mejores partes serían ahí. Desafortunadamente, no fue así. Esos primeros 15-20 minutos casi nos quitaban la fe completamente de la película porque aunque uno se supone que descubra las cosas con Carol a medida que corre la película, se siente que la película había comenzado hace una hora y uno ni se enteró. Por suerte la película va en crescendo después de ahí hasta un final explosivo.
En fin, creemos que Captain Marvel es un éxito imperfecto. Cuando acabó, realmente queríamos saber más sobre el personaje, y que la pasamos bien. Creemos de todo corazón que ya hay mejores películas de origen en la MCU (y aún algunas que no se han hecho), y nuestros comentarios se alinearían con esa estimación. Aún así, no creemos que esta sea una película que la gente deba perderse, especialmente en respuesta al drama innecesario previo al lanzamiento. Le da a los hombres y mujeres una premisa interesante que se desarrolla con un empaque divertido y nostálgico. No dejes que los que odian por odiar sin verla te disuadan. Disfruta Captain Marvel por lo que es: una introducción de personajes extrañamente divertida con encanto e imperfecciones propias.
Rating: B+
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