jueves, 6 de junio de 2019

Reseña de Dark Phoenix: Una tormenta perfecta de inutilidad.

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Los X-Men han estado en la pantalla grande, de una forma u otra, durante casi dos décadas desde el año 2000. Ahora, con la reciente finalización del acuerdo entre Disney y Fox (¿QEPD?), la franquicia llegará un final oficial con Dark Phoenix. Esta adaptación ve al escritor y productor Simon Kinberg debutar como director en otro intento de adaptar la historia de la saga con el mismo nombre y quizás una de las más populares dentro de la historia de los mutantes. Como tal, esta tiene la tarea de terminar la serie de precuelas que comenzó con X-Men: First Class y hacer una mejor adaptación de esta historia que en X-Men: The Last Stand... un trabajo que es, lamentablemente, poco satisfactorio.

La película comienza en 1992 cuando los X-Men están en una misión para salvar a unos astronautas de una misión espacial que salió mal. Durante dicha misión, Jean Grey (Sophie Turner) es golpeada con una fuerza cósmica pero logra sobrevivir y se vuelve más poderosa como resultado. Sin embargo, esta fuerza cósmica conlleva un lado oscuro, y cuando unas traumas comienzan a resurgir, Jean comienza a lastimar a las personas, incluyendo sus compañeros mutantes. Esto termina fracturando al grupo ya que algunos que piensan que Jean necesita ser derribada mientras que otros quieren salvar a su amiga. Mientras tanto, un grupo secreto, liderado por una mujer misteriosa (Jessica Chastain) quieren usar a la mutante con sus poderes nuevos.

Lo bueno

Sophie Turner: Como Jean, Turner (aka La Reina en el Norte/Mejor personaje de Game of Thrones [don't @ me, brah]) está en el centro de la acción, pero no juega con el superhéroe habitual. En todos los puntos de la historia, Turner se centra en el estado mental del personaje, en su dolor, enojo, confusión, pena y terror. Y aunque nada más ha aparecido en solo una película antes de esta (lo cual pudo haber impedido algún tipo de conexión con el personaje ya que nada más pasamos dos horas y algo con ella en Apocalypse), ella hace que esta película sea tolerable como mínimo.

Los primeros 20 minutos: Si hay algo en la película que nos mantuvo la atención fueron los primeros 20 minutos y es porque está preparando la historia con el incidente incitante. También, porque nos recordó mucho al principio de Gravity dónde las cosas en el espacio está extra-algarete. Los X-Men trabajan en equipo, cada uno con una función en particular. Más los visuales (aparte de la diarrea-voladora de Green Lantern que hace un cameo como la energía cósmica que entra dentro de Jean) se ve legit. Pero más que eso, es la única parte dentro de Dark Phoenix que tiene algún tipo de tensión. Pero entraremos a esto un poco más abajo. Solo queríamos que disfrutaran de lo positivo primero.  

Lo malo

Simon Kinberg: Es difícil ser director. Es aún más difícil ser un director rookie (solo pregúntale a Bradley Cooper). Pero peor que todo, es extradifícil ser un director rookie haciendo una película con un presupuesto de sobre $200 millones. Kinberg, quien ha sido escritor y/o productor de todas las películas de esta franquicia desde The Last Stand (salvo X-Men Orgins: Wolverine y The Wolverine), se dió la tarea de continuar/finalizar la historia y se nota que es un novato. El tipo aún no sabe grabar una escena de acción limpia tipo John Wick. Y no es que no puedas ver nada, pero tiene demasiados quick-cuts que uno no puede fijarse en quién está contra quién aparte de dejándote llevar por los poderes que tiene cada uno. Dicho esto, el pecado más grande que tiene es que tampoco sabe dirigir las escenas con peso. Justo después de una muerte dentro del equipo (y si has visto los trailers, sabes de quién hablamos), hay otra escena entre dos actores que pudo haber llevado el mensaje mucho más claro sobre todo lo que ocurrió y dónde están las mentes de cada uno. Sin embargo, Kinberg decide que esta escena debe de durar menos de dos minutos y que tenga algún tipo de impacto en el público. Es por esto que decimos que los directores deberían empezar con algo más pequeño tal como hizo Ryan Coogler y seguir esa trayectoria hacia cosas más grande. Esperemos que Kinberg tome esta lección para su próximo proyecto, porque no es que sea mal escritor/productor, pero le falta como director.


Lo feo

The Last Stand 2.0Por más que dijeron que esta película iba a ser el total opuesto de como manejaron la situación de esta historia en The Last Stand, prepárense para la sorpresa de la vida. Esta película apuesta el doble a estos mismos pecados como diciendo "¿Recuerdas lo que no te gustó aquella vez? Pues nosotros teníamos razón. Tú no. Ahora vas a vernos hacerlo de nuevo y 'bien'" lo cual no resulta. No vamos a entrar en detalles, pero si recuerdas las partes de Dark Phoenix en la película del 2006 verás cosas demasiado similares aquí (a veces hasta peor).

Los villanos: Si todavía te estás preguntando por qué aún no hemos mencionado el papel desempeñado por Jessica Chastain, que se ha mantenido como uno de los secretos mejor guardados de la película, y su equipo de villanos, es porque son tan aburridos que realmente no merecían ser mencionados en la descripción de la trama básica de la película (pero lo incluímos ya que sí forman parte de la película). Estos roles no solo no son ni remotamente interesante para los fanáticos del cómic, sino que lo convierte en uno de los aspectos más decepcionantes de Dark Phoenix para aquellos que han esperado la revelación, pero realmente no hay nada más allá de ella como el demonio en el hombro de Jean (y ni siquiera comienzan a ser significativos de esa manera hasta más de la mitad de la historia).

El tercer acto: Se nota que esta tercera parte de la película fue hecha mediante reshoots. Tonalmente, se siente como si fuese parte de otra película ya que los primeros dos actos son muchos más sombríos y este de repente se convierte en los muñequitos de X-Men de los 1990s, excluyendo la canción titular. Pero peor que eso, la película no respeta sus propias reglas de cómo matar a sus villanos lo cual nos sacó de la película completamente.

El desastre del timeline: Mira, tod@s sabemos que estas películas de Fox no siguen su propia continuidad para así poder contar su historia y eso es algo que hemos aceptado básicamente desde First Class en el 2011. Pero, y sin entrar en detalles, hay cosas que esta película per se hizo que convirtió este problema en algo más real porque no sigue ni sus propias reglas ni conclusiones, lo cual puede ser un poco más frustrante cuando sigues pensando en todo lo que ocurrió desde el 2000 con la primera entrega de X-Men.

Dark Phoenix no es la primera event-film sin eventos dentro de la mega franquicia (léase: The Wolverine y Deadpool 2), pero esta es diferente al ser básicamente una tormenta perfecta de inutilidad. La película no solo tambalea el pase de batuta entre generaciones y no logra avanzar de manera significativa la historia general de la serie, sino que también parece que no lo intenta hacer. No solo destruye el arco narrativo de la firma del material de origen completamente, sino que también hace todo lo posible para aplanarlo. No solo desperdicia un excelente reparto en un guión que reduce todos sus personajes a sus formas más básicas, sino que también los pone a merced de un director por primera vez que ni siquiera sabe cómo hacer que se vean bien. La franquicia de X-Men ha sido una dónde las altas han sido bien altas y las bajas bien bajas, y es triste ver que su película final será la más baja de todas.

Rating: D

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