jueves, 10 de junio de 2021

Reseña de In The Heights: Ni LUMA le quita la energía a esta película

A medida que nos acercamos a la segunda mitad del año y comenzamos a dejar la pandemia en el  retrovisor de manera lenta pero segura, la gente comienza a buscar un escape, ya sea visitando a familiares y amigos, viajando a otros países, comiendo en restaurantes o perderse en la historia de otra persona a través de conciertos, obras de teatro y sí, películas. Buscamos vitalidad, buscamos alegría que hemos creído perdida a lo largo de 2020. Bueno, ¿y si te dijera que puedes encontrar todo lo anterior en la adaptación del musical del astroboricua Lin-Manuel Miranda, In The Heights? Esta película es el equivalente cinematográfico de "Mi Gente" de Hector Lavoe: a la vez una experiencia jubilosa, magnética, vibrante y animada en el cine con personajes de múltiples capas que te mantendrán bailando y cantando "¡No pares! ¡Sigue, sigue!" hasta que salgan los créditos.

Ambientada en el barrio de Washington Heights en la ciudad de Nueva York, la historia principal de la película sigue varias de las historias de sus residentes y sus luchas durante varios días de verano durante una ola de calor. Está Usnavi (Anthony Ramos), dueño de una bodega que sueña con regresar a República Dominicana y abrir su propia tienda. Lo anima la abuela Claudia (Olga Merediz), que en realidad no es su abuela, sino la querida abuela del barrio. Su mejor amigo Benny (Corey Hawkins) trabaja en la empresa de despacho local propiedad de Kevin Rosario (Jimmy Smits), el padre de Nina (Leslie Grace), quien acaba de regresar de Stanford y no está deseando volver a California debido a algunas experiencias que enfrentó en su primer semestre. Mientras tanto, Vanessa (Melissa Barrera) es una diseñadora de moda en ciernes que cree que necesita mudarse al centro para aprovechar su gran oportunidad, pero tiene dificultades para encontrar un lugar para alquilar. A medida que todas estas historias comienzan a entrelazarse, cada personaje debe lidiar con cada una de sus decisiones que lo llevarán al siguiente paso en sus vidas, pero también comprender lo que cada una de esas decisiones significa para el futuro de sus vidas, amigos, familia y comunidad.

El ser latinx: La frase 'la representación importa' se usa cada vez más en todo tipo de diálogo, ya sea político, deportivo, comunitario y, sí, incluso artístico. Verse a sí mismo y a su comunidad reflejados en algo es importante. Aunque ciertamente celebré otras películas por hacer todo lo posible para mostrar lo que significa la representación para ciertas comunidades en los últimos cinco años (por ejemplo, Crazy Rich Asians, Black Panther, Wonder Woman, Captain Marvel, etc.), eso es algo que nunca había experimentado realmente hasta después de ver In The Heights. Con todas esas películas, las personas que se identificaban con la película decían "Veo a mi madre en este personaje", "He estado en una situación similar en el trabajo o en la casa de mis suegros" o "He estado en su zapatos antes "y eso es fantástico y se celebra. Pero lo que me hizo pensar en eso en esta película no fue solo el uso de salsa, merengue, batucadas, rap y boleros usados ​​en las canciones, sino en las cosas más simples: una simple toma de un arroz con pollo y ropa vieja acabado de cocinar, el uso de palabras o frases como "contra", "no me digas", "que bochinche" y "le-lo-lai", el orgullo inquebrantable de usar la bandera en su atuendo. Incluso me sorprendí a mí mismo diciendo egoístamente en una voz muy suave "él tiene mis pecas" mientras la cámara hace un close-up de Usnavi porque nunca había visto a alguien que tuviese esos mismos rasgos en la pantalla. Y todas esas cosas que otras culturas dirían sobre situaciones que sucedieron en las otras películas mencionadas anteriormente definitivamente están aquí. Ves a tu mamá, a tu papá, a tus amigos, al chico de la tienda de la esquina, a la chica que te arregla el cabello y las uñas, y a todos los demás, así como sus aspiraciones en sus respectivas vidas. Hasta vi la vida de mi abuela, que en paz descanse, literalmente contada a través de la pantalla grande durante la canción solista de Abuela Claudia, variando un par de detalles. ¡Pero eso es lo que importa! Te ves a ti mismo y a los que te rodean con orgullo en la pantalla y nadie puede quitárnoslo a los latinxs. Si fue difícil ver al colectivo como traficantes de drogas, mafiosos, asesinos y prostitutas, será aún más agotador hacerlo después de esta película. Lo único que queda por decir es que esta película importa porque la representación importa.

La música y coreografía: Hay algo que decir sobre una película que te hace querer cantar y bailar en los pasillos del cine. Cuando ese tipo de energía irradia sobre la audiencia, sabes que tienes algo especial. Al romper con los límites habituales de una película musical tanto como lo hizo la obra original con lo que estaba ocurriendo en Broadway a principios de siglo (hasta cierto punto), In The Heights se siente como el comienzo de una nueva era de películas musicales. Sí, todavía están aquí todas las críticas a los musicales  (todo el mundo conoce las canciones y la coreografía, los personajes empiezan a cantar de la nada, etc), pero esta película muestra una forma moderna de hacerlo mezclando otros géneros y bailes que son no las que solemos escuchar en este tipo de películas. El director de la película, Jon M. Chu (director de la ya mencionada Crazy Rich Asians), claramente aporta su experiencia de películas de danza anteriores (también dirigió dos películas de Step Up) y la adapta aquí con claridad y vitalidad a la voz de las canciones de Lin Manuel Miranda. Con esta película junto con los inminentes lanzamientos de West Side Story y Dear Evan Hansen a finales de este año, podríamos estar viendo el tan esperado renacimiento de los musicales del que se habló cuando Chicago estrenó y ganó como Mejor Película en el 2002 y que se habló una vez más cuando La La Land casi ganó el mismo premio en el 2016.

El elenco: Tanta gente. Tantos sueños. Tantas historias. Pero déle crédito a quien se lo merece: el director Chu y su director de casting se fueron de diez diez con sus elecciones de casting sin tener que sacrificar la historia de cada personaje para contratar a los artistas latinos del momento (en algún momento de la larga pre-producción de esta película, se consideró tener a Jennifer López y Shakira para tener a alguien de renombre en dicho elenco). Si bien Anthony Ramos es conocido por su(s) papel(es) en Hamilton y un papel más pequeño en A Star is Born, esta es su fiesta de ruptura. Él controla la pantalla cada vez que está en el frame, ya que su canto y baile son excelentes en todos los sentidos. Corey Hawkins como Benny proporciona un compadre fraterno para el Usnavi de Ramos que parece que han sido patitas toda la vida. Si bien son mujeres muy hermosas, el guión ayuda tanto a Leslie Grace como a Melissa Barrera a ser mucho más que el objeto del afecto de Benny y Usnavi respectivamente al ellas tener que lidiar con sus luchas por regresar y salir del barrio y ambas venden las luchas internas de sus respectivos personajes como pan con mantequilla. Siempre es un placer ver actuar al legendario actor nuyoricano y ex presidente de West Wing, Jimmy Smits, al igual que a cierto cantante de salsa en un cameo que honestamente resalta sus habilidades como actor. Finalmente, las mujeres del salón de belleza, interpretadas por Stepahnie Beatriz, Dascha Polanco y Daphne Rubin-Vega, te ayudan a sumergirte en los escenarios con su actitud de pachanga todo el día. Todo esto para decir es que el elenco principal es fantástico. Pero hay una que se eleva por encima de todos...

Olga Merediz: De todo el elenco cinematográfico, Merediz es la única que tiene experiencia con el libreto al originar el papel de Abuela Claudia cuando la obra estrenó en Broadway en el 2008. Es más, llegó a estar nominada para un Tony (el equivalente de los Oscars para el mundo teatral. La obra ganó mejor musical ese año) por el papel. Por ende, ella se sabe el personaje pa' 'lante y pa' 'tras. Pero interpretar a un personaje en el teatro es ciertamente diferente a interpretarlo en una película. Las cámaras de cine tienden a detenerse en los momentos más íntimos y hacen que todo sea un poco más personal, ya que tú, como actor, no tienes que actuar para que las personas de la última fila escuchen, vean y comprendan todos los pensamientos de tu personaje. Merediz entendió claramente las diferencias en ambos medios y se nota porque se roba toda la película. Al ser la cuidadora no oficial de los niños del vecindario, la amabilidad de la Abuela Claudia hacia los demás es muy notable. Pero hay más en su personaje que bondad: su historia trata sobre la supervivencia, la adaptación y el progreso en medio de una situación en la que se vio empujada cuando era niña. Así lo atestigua la canción mencionada en un párrafo anterior, "Paciencia y Fe", además de ser una pieza escénica y una coreografía deslumbrante. Pero son los ojos y la voz quebrada de Merediz lo que vende esta escena y saca a la luz la experiencia de Claudia en el extranjero montando lo que considero la mejor escena en una película con muchas escenas excelentes. Es muy pronto para comenzar a hablar sobre actuaciones dignas de un Oscar, pero la actuación de Merediz debería estar en la discusión a finales de este año.

El diseño de producción: Al grabar la película en el mismo barrio en vez de un set creado en un estudio, In The Heights hace que este lugar se sienta tan vibrante que ni siquiera LUMA puede atenuar las luces y la energía de esta película. El uso efectivo de estos lugares, como la tienda de la esquina, las avenidas, la piscina comunitaria, el salón de belleza, la estación de taxis, entre otros, se utilizan a la perfección como una forma de establecer las realidades de los personajes y cómo conviven con sus entornos. El tener esto presente ayuda a la audiencia a realizar una transición más fácil hacia las canciones y los bailes, y comienza a contrastar sus realidades con lo que piensan y/o sienten en ese momento específico en el tiempo. Y no es que este sea el primer musical que se filma en otros lugares y nunca usaron un set en la película ("Paciencia y Fe" y "When the Sun Goes Down" al menos parecen que fueron filmadas de un ambiente controlado), pero hay una progresión naturalista en cuanto a cómo funcionan las cosas dentro de los confines de este barrio mientras sus personajes cantan y bailan con todo el corazón.

Lo malo

¿Tenía que durar casi dos horas y media?: Como toda adaptación de algún material de un medio a otro, se tienen que hacer sacrificios e In The Heights no es la excepción. La traducción de obra a película implicó que se cortaron personajes, diálogos, canciones, bailes y demás, y se reorganizaron para poder dar la experiencia más completa de lo que sería dicha adaptación. Entonces, ¿por qué se sintió demasiado larga? Esta película fácilmente pudo haber sido 20 minutos más corta y no estarías sacrificando mucho. De hecho, llegué a preguntarme si esto debió haber sido mejor como una miniserie donde cada capítulo se enfoca en un personaje. Y entiendo que son un montón de personajes y que tienes que cerrar todo con un broche de oro para cada uno porque si no sería una experiencia incompleta. Pero, ¡Cristo amado! Llegó el punto que la película se acabó como cinco veces y uno se desesperaba un poco a que comenzaran a rodar los créditos. A este punto en el tiempo, me veo usando un pamper para una adaptación de tres horas para Hamilton porque esta necesitaba una tijerita para acortarla.

Veo a muchas escuelas haciendo bailes de esta película para sus presentaciones artísticas en el día de pista y campo debido a lo enérgico que es. Aparte de lo larga que fue, In The Heights está diseñado para cautivarlo hasta la sumisión, y lo estará en el momento en que aparezcan los créditos, ya sea por la representación presentada, las canciones, los personajes y sus historias. Este equipo, formado por el director, los creadores, los productores, el elenco, los músicos, los bailarines, maximiza el potencial de esta película a grandes alturas mientras mantiene un estudio de personajes de múltiples capas como su norte. En fin, ni LUMA le quita la energía a esta película, y es mucho mejor por eso mismo.

Rating: A+

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