MovieRankings: Las mejores y peores películas del 2019 hasta el momento

Los primeros seis meses del 2019 ya son historia, así que es hora de volver la vista atrás para relucir lo mejor y lo peor del año hasta el momento. Desde tramas creativas, expansiones de universos y cosas que... pues no fueron necesariamente tan buenas. Con el propósito de celebrar la mitad del año, nosotros en MovieRican decidimos hacer una lista de nuestras películas preferidas y no tan preferidas del año hasta el momento con nuestro editorial MovieRankings.

Aunque todavía nos falte la segunda mitad que incluye películas como Spider-Man: Far From Home, The Lion King, Once Upon a Time in Hollywood, IT: Chapter 2, Frozen II, Star Wars: The Rise of Skywalker y otras que seguramente estarán nominadas para los Óscars, entendemos que ya tenemos material suficiente para componer una lista de este calibre. Como todo MovieRanking, estas fueron escritas en un papel por cada integrante y se les hizo un ranking usando promedios, convenciendo y chantajeando uno al otro. La lista es nuestra sincera opinión y no la lista definitiva de todos los tiempos. Sabemos que hay personas que tendrán opiniones diferentes y eso está más que bien porque todas las películas son subjetivas. Para los curiosos, encima de cada título, les dejamos o la reseña o mini-reseña de cada una por si quieren adentrarse más hacia por qué nos gustó/no nos gustó tanto la película.

Empecemos con las peores:

Las peores

Menciones de deshonor (hasta el momento): Greta, The Intruder y Brightburn

5. Captive State



¿Recuerdas que esta película salió este año? Nosotros tampoco hasta que fuimos por el calendario. Captive State no solo fue una decepción a nivel financiero, sino también una decepción a nivel narrativo. La película está demasiado centrada en su premisa en lugar de la historia y sus personajes.
Con demasiada frecuencia, esta tiene la sensación de uno empezar un programa de televisión en la sexta temporada donde entendemos el conflicto, pero no conoces a ninguno de los personajes ni sus motivaciones. De Captive State haber sido una miniserie en Netflix/Hulu/Amazon Prime/HBO y tener más tiempo en desarrollar a sus personajes para así entender quiénes son, de dónde vienen y cuáles son sus motivaciones, quizás hubiese triunfado y ser un exitazo. Desafortunadamente, fue más una pérdida de tiempo que cualquier otra cosa.

4. Dark Phoenix

Si tenemos que describir a Dark Phoenix de alguna manera es que es una tormenta perfecta de inutilidad. La película no solo tambalea en cuanto al pase de batuta entre generaciones y no logra avanzar de manera significativa la historia general de la serie, sino que también parece que no lo intenta hacer de ninguna manera. No solo destruye el arco narrativa del material de origen, sino que también hace todo lo posible para aplanarlo. No solo desperdicia un reparto excelente con un guión que reduce a todos sus personajes a sus formas más básicas, sino que también los pone a merced de un director novato que ni siquiera sabe cómo hacer que se vean bien. La franquicia de X-Men ha sido una dónde las altas han sido bien altas y las bajas bien bajas, pero es hasta más triste ver y pensar que su película final será la más baja de todas.

3. Hellboy

En teoría, hacer un reboot de Hellboy no era una mala idea. Había pasado suficiente tiempo desde el lanzamiento de las de Guillermo del Toro, contrataron al director de varios de los episodios más grandes de Game of Thrones y The Descent al igual que a David Harbour de Stranger Things para interpretar al demonio, todo bajo la aprobación del creador del personaje, Mike Mignola. En retrospectiva, esta reboot es basura y tener que pensar en que algún día volveré a ver esta película es mi idea de un infierno personal. Es igualmente aburrida, repetitiva, inentendible, poco interesante y un dolor de cabeza que se siente como la fantasía de un niño de 12 años sobre cómo una película clasificada R debería ser. De lo poco positivo que podemos hablar de esta película es que Harbour es un buen Hellboy y que el maquillaje quedó nítido. Eso es todo.

2. Serenity

¿Sabes de ese decir que dice "Si parece a ______ y huele a ______, probablemente es ______"? Alguien tuvo que haberse transportado del futuro, haber visto Serenity, volvió al pasado y se inventó ese decir a base de esta película. Por más que Matthew McConaughey y Anne Hathaway tratan de meterle pepa (y funcionaron como protagonistas en Interstellar), el guión no tiene norte en lo absoluto. La premisa no tiene mucho sentido, como la dirigen parece una película direct-to-DVD, pero el pecado más grande que tiene es el twist. ¡Wow! Si trataron de recontextualizar la película con eso, fue un fallo masivo porque lo único que hizo es traer más preguntas tal como "¿Quién aprobó que esta película fuese distribuida al público general?" y "¿Qué le habrán sacado a McConaughey y Hathaway para aceptar aparecer en ella?".

1. Escape Room

La mejor manera de describir esta película es Saw Jr. Algunos sets están interesantes y por lo menos Taylor Russell hace un papel super aceptable. Aparte de esto, Escape Room es poco original, predecible y con personajes super estereotipados que parecía que los libretistas nunca han tenido una conversación con otras personas. Escape Room (más precisamente un laberinto de asesinatos, pero whatever) es como el hijo bastardo de las películas de rompecabezas de la década de los 90 tipo The Game y Cube con pistas colocadas de forma fortuita, las epifanías no secuenciales y la claustrofobia sofocante. Al igual que con cualquier otra fórmula bucal para superar su coeficiente intelectual, a Escape Room le gusta invocar conceptos intelectuales para parecer inteligentes. El que cita es el Efecto Quantum Zeno, que en este contexto de cultura popular significa que un sujeto observado nunca cambia. El postulado es correcto: el ver esta película múltiples veces confirmarán que Escape Room sigue siendo mala y, que al paso que va, es la peor película del 2019.

Las mejores

Menciones de honor (hasta el momento): Shazam!, Yesterday y Fighting With My Family

5. Us



Us tiene la maldición de ser la película que le sigue a Get Out que tomó a todo el mundo por sorpresa (incluyéndonos) y trajo a la luz a Jordan Peele como el nuevo mastermind de películas de horror tipo Alfred Hitchcock. Dicho esto, la película es una bien interesante. Peele demuestra que es tan fuerte como siempre cuando trata de lanzar algún subtexto bajo el disfraz de una película de terror divertida. En este caso, nos está pidiendo que miremos nuestros propios males, no el de los "otros". La villanía que se muestra aquí no es un psicópata con máscara, un fantasma enojado o un demonio de ensueño. Eres tú. Cuando se trata de la configuración y el tono de esta película, Peele definitivamente nos ofreció una atmósfera emocionante y, a veces, extraña, de principio a fin. Si bien puede ser discutible sobre si esta película es más un thriller o una de terror, absolutamente tenía la capacidad de mantener al público en alerta.

4. How to Train Your Dragon: The Hidden World

Cuando se trata de acabar una serie como How to Train Your Dragon (una que nosotros consideramos como una de las mejores trilogías de todos los tiempos), se supone que debe hacer dos cosas muy importantes: cerrar la historia de una manera completa y efectiva, y presentar algo nuevo y emocionante para entretener a los fanáticos y aumentar el interés de aquellos que nunca han visto una. El escritor/director Dean DeBlois lo sabe, ya que pasó por dos borradores antes de aterrizar en el que finalmente se convirtió en Hidden World. Ese tiempo y escrutinio dieron resultado, ya que DeBlois llegó a contar una historia de primera que logra ambas cosas mencionadas anteriormente, y lo hace sin fallarle a todo lo que vino antes en la franquicia. Para una serie que nunca ha tomado un atajo, y siempre se recuerda tocar los ritmos emocionales correctos sin manipular a su audiencia, este gran final no se aleja de esa tradición. La acción sigue siendo emocionante, las risas siguen siendo conmovedoras y un poco descaradas, y cuando esté por acabar, probablemente vas a llorar.

3. Rocketman

Ser la siguiente película biográfica centrado en un músico de los 1970s después del exitazo de Bohemian Rhapsody (la cual nosotros incluimos en nuestras preferidas del 2018) suena extremadamente difícil. Rocketman lo llegó a hacer y sobrepasó todas las expectativas que tuvimos de ella. Anclada por una actuación espectacular de Taron Egerton, Bryce Dallas Howard, Jamie Bell y Richard Madden, Rocketman saltó de la pantalla a nuestros corazones al no seguir los tropos típicos de un biopic mostrar realmente los altibajos de la vida de Elton John. Pero lo que de verdad la hace relucir es la presentación de realismo mágico al mismo tiempo que presenta elementos de realismo mágico para realmente distinguirla de otros biopics.

2. Avengers: Endgame

No vamos a mentir, Avengers: Endgame es una película pesada. Carga con la narrativa 21 películas anteriores, alrededor de 36 personajes principales y las expectativas del público que decir que estaban por las nubes es un eufemismo. Dicho esto, los cineastas le dan un buen uso a cada segundo de su tiempo de ejecución de tres horas. Endgame tiene la dicha que Infinity War no tuvo y eso es que puede concentrarse en los seis Vengadores originales (Downey, Evans, Hemsworth, Ruffalo, Johansson y Renner), lo cual la ayuda equilibrar sus arcos de personajes tan bien que es como si cada héroe tuviera una película individual dentro de ella. Incluso, los actores dan algunas de sus mejores actuaciones en el MCU al ponerle sus almas y corazones a esta película. Además del drama, la película ofrece un espectáculo de superhéroes nunca antes visto en una película de superhéroes (especialmente esa última hora/acto). Con esta actuando como la conclusión del MCU hasta el momento, cada héroe tiene un momento para brillar y unirse a la diversión. Algunos de estos momentos son al servicio de los fanáticos que le han dedicado tiempo y cariño a estos personajes. Pero después de once años y 22 películas, Marvel se ha ganado esto, y todo se suma a la naturaleza épica Endgame.

1. Toy Story 4



De más está decir que entramos nerviosos a ver esta película. ¿Cómo diablos iban a seguir estirando el chicle de una manera que tenga sentido y que no manche el legado de la franquicia tipo Indiana Jones (tres películas excelentes y una media floja)? Todavía no entendemos como, pero Pixar lo logró. Logró hacernos entender que sí había más historia para minar, que sí habían más personajes interesantes dentro de ella y que sí habíamos visto un final, pero no EL final de la historia de Woody y Buzz. Para nosotros, esta cuarta entrega demuestra ser una conclusión mucho más convincente que hace que todos los personajes tengan el final que se merecen, lo cual la hace una experiencia de cine totalmente divertida para todas las edades, incluso para los chiquillos más inquietos. Toy Story 4 es completamente digna del nombre y el legado que trae la franquicia en general y logra superar todas las expectativas al infinito y mucho, mucho más allá.

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Reseña de Toy Story 4: Más allá del infinito

Cuando estrenó en el 1995, Toy Story fue el primer largometraje de Pixar, que se estaba convirtiendo en una potencia en las películas animadas que rivalizaba al propio Ratón. Aunque Pixar es bien conocido por sus películas originales, Toy Story es la propiedad más venerable del estudio, ya que toda una generación de jóvenes creció viendo a Woody, Buzz y Andy. Después de Toy Story 2 en el 1999, y un capítulo "final" en el 2010, Pixar vuelve a retomar la premisa de que los juguetes cobran vida en Toy Story 4. Aunque Toy Story 3 concluyó la historia del tiempo de los juguetes con Andy, la película terminó con él pasando sus juguetes a la joven Bonnie, y su propósito fue renovado. De más está decir que esta tiene suficiente corazón y humor para darnos una aventura digna con Woody y la pandilla, explorando temas difíciles a través de juguetes nuevos y viejos.

Woody (Tom Hanks), Buzz (Tim Allen) y la ganga ahora le pertenecen a Bonnie (Madeleine McGraw), quien juega con la gran mayoría de ellos, excepto Woody, que tiende a quedarse dentro del armario. Sintiéndose fuera de lugar, Woody decide ayudar a Bonnie en su primer día de kindergarten, donde esta crea un juguete nuevo, Forky (Tony Hale), compuesto por materiales que encontró en el salón de clases. Bonnie ama a Forky, por lo que Woody quiere asegurarse de que Forky esté ahí para Bonnie como él estuvo para Andy, pero este se ve a sí mismo como basura literal y sigue descartándose. Durante un roadtrip, Forky decide arrojarse por la ventana. Es aquí cuando Woody decide rescatarlo, pero en su camino de regreso, se encuentran con Bo Peep (Annie Potts), la vieja llama del vaquero que vive felizmente como un juguete perdido. Bo Peep acepta ayudar a que Forky vuelva con Bonnie, pero estos tienen que lidiar con Gabby Gabby (Christina Hendricks), un juguete que tiene la tienda de antigüedades donde Woody y Forky se separaron.

Lo bueno

El cierre de la historia de Woody: Si realmente te sientas a pensar, las tres películas de Toy Story son indirectamente la historia de Andy a través de los ojos de sus juguetes a medida que crecía, maduraba y dejaba atrás las cosas que lo ataba a su niñez. La cuarta entrega es realmente la historia de Woody y cómo se relaciona completamente con lo que ha aprendido a lo largo del camino. El vaquero ha sido ferozmente leal a cualquier niño al que pertenecía, así como a los otros juguetes. Sin ponerle demasiada importancia, Toy Story 4 le permite a Woody y Bo Peep dialogar sobre si eres más o menos un juguete, o un ejemplo más feliz o más triste de un juguete, si tienes el nombre de un niño garabateado en la parte inferior de su pie. Su relación incluye las preocupaciones de otros personajes, todos los cuales están lidiando con la naturaleza frente a la crianza, y si el sentido del propósito es algo que uno encuentra o acepta después de que la sociedad se lo da. Super maduro, ¿no? ¿Qué más esperar de esta franquicia/estudio?

Los juguetes nuevos: Esta cuarta entrega rompe con tradición en el sentido de que se centra mucho más en los personajes nuevos en lugar de los que hemos conocido y encariñado durante el último cuarto de siglo (salvo Woody, Buzz y Bo). Dicho esto, todos son geniales. Forky y Duke Caboom se roban el espectáculo, sin duda gracias a las interpretaciones de voz de Tony Hale y Keanu Reeves (quien está teniendo un 2019 super nítido). Mientras tanto, Hendricks le brinda un balance de amenaza y vulnerabilidad a Gabby Gabby, dándole vida a la "villana" más humana dentro serie. Keegan-Michael Key y Jordan Peele (sí, ese Jordan Peele) son extragraciosos como Ducky y Bunny, y le dan a Toy Story 4 muchos de sus momentos más divertidos. En su totalidad, la película confía en sus personajes recién llegados más que en su reparto, con la excepción de Hanks, Allen y Potts, pero es un elenco adecuado para hacer que estos personajes animados brillen en la pantalla.

La animación: Vamos a dejar esta sección lo más corto posible porque seguir diciendo/escribiendo que Pixar sigue rompiendo las barreras en la animación hasta aburre. Solo para que entiendan el panorama entero, hazte un favor y siéntate a ver la primera película de Toy Story y luego compara lo que estás viendo con esta. Hubo un punto en esta que hasta dudamos si estabamos viendo una película de muñequitos porque parecía que algo que vemos todos los días. No sabemos si el estudio tiene talento de primera o le vendieron el alma al diablo para tomar 1,000 pasos hacia adelante, pero que continúen haciédolo.

Emocional + graciosa: Después de un prólogo lleno de emociones, la película, al igual que muchas dentro de Pixar, entiende como balancear las diferentes emociones siempre y cuando estén en servicio de la historia. Toy Story 4 nunca pierde de vista su núcleo emocional a costa de una broma, lo que hace que el humor constante sea un acto de equilibrio tan impresionante en el que puedes tener una tensión dramática entre Woody y Bo y luego cortar a Bunny y Ducky explicándoles cómo se llevarán enredados a una señora de la tercera edad.

Lo malo

Como usan a la ganga vieja: i hay algo que sí nos tomó por sorpresa fue lo poco que usaron a Jessie, Bullseye, Rex, Hamm, Slinky y los Potato-Heads. Aunque entendemos el porqué decidieron hacerlo así (la historia de ellos fue terminada en Toy Story 3 junto a la de Andy y quizás no tendrían que aportar tanto a esta), nos hubiese gustado un poquito más de tiempo con ellos porque, de nuevo, son personajes que hemos conocido y nos hemos encariñados con ellos.

Como tal, Toy Story 4 es una visita obligada para los fanáticos de Pixar, especialmente para los fanáticos de esta franquicia, incluso aquellos que pensaron que Toy Story 3 tiene el mejor final de la serie (lo cual tienen todo el derecho para pensarlo). Para nosotros, esta cuarta entrega demuestra ser una conclusión mucho más convincente que hace que todos los personajes tengan el final que se merecen. Lo último de Pixar es una experiencia de cine totalmente divertida para todas las edades, y en una hora y 40 minutos, no es demasiado larga, incluso para los chiquillos más inquietos. En una temporada de verano llena de películas que no están a la altura de su potencial (Godzilla, Dark Phoenix y Men in Black siendo los ejemplos más grandes), Toy Story 4 logra superar las expectativas al infinito y mucho, mucho más allá.

Rating: A+

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Reseña de Men in Black: International: Neuralizante

La película original de Men in Black fue un producto de su época cuando se lanzó en el 1997: una idea genial de que se basó más en la personalidad de Will Smith para el héroe de acción y su opuesto total en Tommy Lee Jones que en la construcción del mundo con mucho éxito. Después de dos secuelas con rendimientos decrecientes (crítica y financieramente), la franquicia está recibiendo el tratamiento de reavivamiento con Men in Black: International. La cuarta entrega de la franquicia trae un nuevo equipo creativo y un nuevo dúo para intentar una nueva versión de la idea original de la franquicia. International tiene algunos ajustes modernos a la premisa de la franquicia, pero hasta ahí.

Molly (Tessa Thompson) ha sabido que existen extraterrestres desde que vio a sus padres ser neuralizados por un par de trajes oscuros como una niña, una obsesión de por vida que la lleva directamente a los MIB. Como la primera civil en encontrar a la agencia defensora de la galaxia por sí misma, Molly es reclutada por la Agente O (Emma Thompson). Apodada Agente M , esta es enviada a la división de Londres supervisado por High T (Liam Neeson). Ahí está ella, junto con H (Chris Hemsworth), que una vez salvó al mundo del Hive, pero desde entonces se ha convertido arrogante y torpe. Durante una simple misión de que salió mal, H y M accidentalmente tomaron posesión del arma más poderosa de la galaxia, un elemento que muchas personas están dispuestas a matar, incluso un posible topo dentro de los Men in Black.

Lo bueno

El dúo: Después de trabajar juntos en dos películas del Marvel Cinematic Universe, Thor: Ragnarok y Avengers: Endgame, Chris Hemsworth y Tessa Thompson han demostrado tener una gran cantidad de química cómica, con una buena dosis de corazón. En Men in Black: International, están interpretando diferentes personajes, pero la química sigue ahí. La dinámica es bastante estándar: H es el agente imprudente, mientras que M de Thompson es una novata que sigue las reglas. Debido a que es una configuración más sencilla, es un poco menos interesante que la dinámica que tenían los actores como Thor y Valkyrie, y con la pareja reunida tan pronto, es difícil no comparar a H y M con sus contrapartes del MCU. Mientras Thompson y Hemsworth hacen lo que pueden con sus personajes, y hay momentos de buena graciosos y hasta tiernos, con demasiada frecuencia toma un asiento de atrás en las escenas de acción o para impulsar la trama hacia adelante.

Expandiendo el universo: La promesa que International cumple es la expansión de este universo. Donde las tres entradas originales se jugaron como batallas intergalácticas que tuvieron lugar únicamente en Nueva York, esta película recorre un mundo grande, saltando desde los Estados Unidos a Marrakech, Francia, Italia y demás que se nos hayan olvidado. Realmente apreciamos la forma en que esta película funciona para agregar profundidad al elemento humano; Nos recordó la forma en que las películas de John Wick siguen acumulándose en los mitos, prometiendo que hay más capas para explorar. 

Lo malo

F. Gary Gray: Cuando Gray fue anunciado como el director, nosotros pensamos que fue una brillante idea. El tipo que trajo Straight Outta' Compton Y la octava entrega de Fast & Furious (la cual a nosotros nos gustó), ambas llenas de energía a la pantalla grande. Para nosotros, esta contratación iba como pan con mantequilla, especialmente con una franquicia que estaba en un estado de coma. Desafortunadamente, no fue así. Gray toma la plantilla estética que estableció Barry Sonnenfeld en las primeras tres (un diseño de conjunto liso y monocromático en contraste con los efectos de criaturas grotescas y extravagantes) y la friega de todo lo que sea remotamente interesante. Nuestros héroes aún usan trajes a medida y lucen los emblemáticos Ray-Bans negros, y aún llevan armas brillantes y tremendamente enormes que destruyen mundos, pero cada cuadro parece desgastado, cansado, monótono, sin sentido. Gray hace un esfuerzo escueto por conjurar la cremallera original del mundo de Sonnenfeld en el que un grupo secreto de superagentes humanos que mantiene a la escoria alienígena en la línea, principalmente mediante el uso del puntaje inflable original de Danny Elfman siempre que sea posible, pero está más interesado en bombear esta película y recoger lo que le deben. 

Plagas narrativas: En lo que respecta a la historia, esta entrega sufre de los mismos dos problemas que acosan a la mayoría de los blockbusters de los últimos diez años: un MacGuffin apenas explicado y un villano sin personalidad que lo busca para dominar al mundo. Ciertamente no hay un giro brillante aquí como el insecto dentro de un traje humano de Vincent D'onofrio de la MIB original, y definitivamente no hay un "giro de galaxia en el cinturón de Orion". Sí existen algunos plot-twists, la mayoría de los cuales sabes cuales son al ver los trailers. En cambio, los extraterrestres antagónicos están representados por un par de alienígenas que cambian de forma, interpretados por Larry y Laurent. Bourgeois, el dúo de bailarines/modelos mejor conocido como Les Twins. Para ser claros, los hermanos Bourgeois son muy buenos para bailar, un talento que la película utiliza brevemente, ya sea que la escena lo requiera o no, pero en realidad no se les da a los personajes reales para que interpreten. Tienen líneas como dos líneas y apenas forman una amenaza para nuestros protagonistas, todo por un arma que casi no conocemos. Nada de esto es particularmente terrible, pero después de docenas de Tesseracts, Mother Boxes y All-Sparks, es el mismo sabor de mantecado del que hemos estado recibiendo por años.

CGI: Los efectos especiales dentro de esta película son grandiosos entre bien impresionante y monstruosamente feos. Hay una foto de la luna que parece material de archivo y un CGI aproximadamente renderizada en la secuencia de persecución que parece estar cortando esquinas. Los villanos con patrones de galaxias que cambian de forma hacen de los oponentes formidables y de aspecto fresco, pero incluso gran parte de su potencial queda sin explorar. En fin, no es 100% terrible, pero se mantiene bastante 50-50 en cuanto a todos los efectos especiales dentro de ella.

No nos vamos a sentar aquí a decir que Men in Black: International es terrible, porque no lo es. Ahora, tampoco nos vas a ver decir que es buena. No trae absolutamente nada nuevo a la franquicia aparte de los actores y la expansión del universo, y eso es quizás el pecado más grande que tiene la película especialmente cuando tienen la oportunidad de hacerlo. Si has visto las anteriores y te gustan, probablemente te guste esta ya que es extremadamente similar a lo visto desde el 1997. Para un mejor disfrute de ella, mejor alquílala porque al haber salido del cine ya habíamos sido neutralizados por ella.

Rating: C

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Reseña de Dark Phoenix: Una tormenta perfecta de inutilidad.

Los X-Men han estado en la pantalla grande, de una forma u otra, durante casi dos décadas desde el año 2000. Ahora, con la reciente finalización del acuerdo entre Disney y Fox (¿QEPD?), la franquicia llegará un final oficial con Dark Phoenix. Esta adaptación ve al escritor y productor Simon Kinberg debutar como director en otro intento de adaptar la historia de la saga con el mismo nombre y quizás una de las más populares dentro de la historia de los mutantes. Como tal, esta tiene la tarea de terminar la serie de precuelas que comenzó con X-Men: First Class y hacer una mejor adaptación de esta historia que en X-Men: The Last Stand... un trabajo que es, lamentablemente, poco satisfactorio.

La película comienza en 1992 cuando los X-Men están en una misión para salvar a unos astronautas de una misión espacial que salió mal. Durante dicha misión, Jean Grey (Sophie Turner) es golpeada con una fuerza cósmica pero logra sobrevivir y se vuelve más poderosa como resultado. Sin embargo, esta fuerza cósmica conlleva un lado oscuro, y cuando unas traumas comienzan a resurgir, Jean comienza a lastimar a las personas, incluyendo sus compañeros mutantes. Esto termina fracturando al grupo ya que algunos que piensan que Jean necesita ser derribada mientras que otros quieren salvar a su amiga. Mientras tanto, un grupo secreto, liderado por una mujer misteriosa (Jessica Chastain) quieren usar a la mutante con sus poderes nuevos.

Lo bueno

Sophie Turner: Como Jean, Turner (aka La Reina en el Norte/Mejor personaje de Game of Thrones [don't @ me, brah]) está en el centro de la acción, pero no juega con el superhéroe habitual. En todos los puntos de la historia, Turner se centra en el estado mental del personaje, en su dolor, enojo, confusión, pena y terror. Y aunque nada más ha aparecido en solo una película antes de esta (lo cual pudo haber impedido algún tipo de conexión con el personaje ya que nada más pasamos dos horas y algo con ella en Apocalypse), ella hace que esta película sea tolerable como mínimo.

Los primeros 20 minutos: Si hay algo en la película que nos mantuvo la atención fueron los primeros 20 minutos y es porque está preparando la historia con el incidente incitante. También, porque nos recordó mucho al principio de Gravity dónde las cosas en el espacio está extra-algarete. Los X-Men trabajan en equipo, cada uno con una función en particular. Más los visuales (aparte de la diarrea-voladora de Green Lantern que hace un cameo como la energía cósmica que entra dentro de Jean) se ve legit. Pero más que eso, es la única parte dentro de Dark Phoenix que tiene algún tipo de tensión. Pero entraremos a esto un poco más abajo. Solo queríamos que disfrutaran de lo positivo primero.  

Lo malo

Simon Kinberg: Es difícil ser director. Es aún más difícil ser un director rookie (solo pregúntale a Bradley Cooper). Pero peor que todo, es extradifícil ser un director rookie haciendo una película con un presupuesto de sobre $200 millones. Kinberg, quien ha sido escritor y/o productor de todas las películas de esta franquicia desde The Last Stand (salvo X-Men Orgins: Wolverine y The Wolverine), se dió la tarea de continuar/finalizar la historia y se nota que es un novato. El tipo aún no sabe grabar una escena de acción limpia tipo John Wick. Y no es que no puedas ver nada, pero tiene demasiados quick-cuts que uno no puede fijarse en quién está contra quién aparte de dejándote llevar por los poderes que tiene cada uno. Dicho esto, el pecado más grande que tiene es que tampoco sabe dirigir las escenas con peso. Justo después de una muerte dentro del equipo (y si has visto los trailers, sabes de quién hablamos), hay otra escena entre dos actores que pudo haber llevado el mensaje mucho más claro sobre todo lo que ocurrió y dónde están las mentes de cada uno. Sin embargo, Kinberg decide que esta escena debe de durar menos de dos minutos y que tenga algún tipo de impacto en el público. Es por esto que decimos que los directores deberían empezar con algo más pequeño tal como hizo Ryan Coogler y seguir esa trayectoria hacia cosas más grande. Esperemos que Kinberg tome esta lección para su próximo proyecto, porque no es que sea mal escritor/productor, pero le falta como director.

Lo feo

The Last Stand 2.0: Por más que dijeron que esta película iba a ser el total opuesto de como manejaron la situación de esta historia en The Last Stand, prepárense para la sorpresa de la vida. Esta película apuesta el doble a estos mismos pecados como diciendo "¿Recuerdas lo que no te gustó aquella vez? Pues nosotros teníamos razón. Tú no. Ahora vas a vernos hacerlo de nuevo y 'bien'" lo cual no resulta. No vamos a entrar en detalles, pero si recuerdas las partes de Dark Phoenix en la película del 2006 verás cosas demasiado similares aquí (a veces hasta peor).

Los villanos: Si todavía te estás preguntando por qué aún no hemos mencionado el papel desempeñado por Jessica Chastain, que se ha mantenido como uno de los secretos mejor guardados de la película, y su equipo de villanos, es porque son tan aburridos que realmente no merecían ser mencionados en la descripción de la trama básica de la película (pero lo incluímos ya que sí forman parte de la película). Estos roles no solo no son ni remotamente interesante para los fanáticos del cómic, sino que lo convierte en uno de los aspectos más decepcionantes de Dark Phoenix para aquellos que han esperado la revelación, pero realmente no hay nada más allá de ella como el demonio en el hombro de Jean (y ni siquiera comienzan a ser significativos de esa manera hasta más de la mitad de la historia).

El tercer acto: Se nota que esta tercera parte de la película fue hecha mediante reshoots. Tonalmente, se siente como si fuese parte de otra película ya que los primeros dos actos son muchos más sombríos y este de repente se convierte en los muñequitos de X-Men de los 1990s, excluyendo la canción titular. Pero peor que eso, la película no respeta sus propias reglas de cómo matar a sus villanos lo cual nos sacó de la película completamente.

El desastre del timeline: Mira, tod@s sabemos que estas películas de Fox no siguen su propia continuidad para así poder contar su historia y eso es algo que hemos aceptado básicamente desde First Class en el 2011. Pero, y sin entrar en detalles, hay cosas que esta película per se hizo que convirtió este problema en algo más real porque no sigue ni sus propias reglas ni conclusiones, lo cual puede ser un poco más frustrante cuando sigues pensando en todo lo que ocurrió desde el 2000 con la primera entrega de X-Men.

Dark Phoenix no es la primera event-film sin eventos dentro de la mega franquicia (léase: The Wolverine y Deadpool 2), pero esta es diferente al ser básicamente una tormenta perfecta de inutilidad. La película no solo tambalea el pase de batuta entre generaciones y no logra avanzar de manera significativa la historia general de la serie, sino que también parece que no lo intenta hacer. No solo destruye el arco narrativo de la firma del material de origen completamente, sino que también hace todo lo posible para aplanarlo. No solo desperdicia un excelente reparto en un guión que reduce todos sus personajes a sus formas más básicas, sino que también los pone a merced de un director por primera vez que ni siquiera sabe cómo hacer que se vean bien. La franquicia de X-Men ha sido una dónde las altas han sido bien altas y las bajas bien bajas, y es triste ver que su película final será la más baja de todas.

Rating: D

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